Hoy voy a escribirles, desde otro lugar, en otro ámbito; en donde paso varias horas en el día; este sitio que es la cocina. Así es, hoy estas palabras que les voy a servir, tendrán un gusto, un sabor, un aroma, especial en un ámbito gastronómico. De mis padres, y de inmiscuirme o querer ayudar en el almuerzo o la cena, hizo mi gusto por la cocina, por la preparación de comidas. Pero realmente la que tuvo gran influencia en este gusto, fue a través de mi Abuela Ali (Alida); la que a diario preparaba esos deliciosos alimentos para que en su casa, en donde todos vivíamos, no nos falte el “pan” de cada día.-
Su lugar, por supuesto era la cocina, ella al levantarse y tomarse unos mates, mientras todos ya habíamos salido de casa, comenzaba a idear o pensar no solo cuál sería el almuerzo…sino también el postre. Como buen descendiente de belga-holandeses lo que sea leche, manteca, queso no faltaba……lo que si en esas épocas faltaba era el dinero….pero nunca la comida.-
A pesar de la escases o la no variedad y surtido de alimentos para preparar una comida, la abuela Ali nos ofrecía a diario una variedad de platos, que sorprendentemente en algunos (muy seguidos) casos le preguntábamos ¿Cómo se llama este plato? y ¿con qué lo hiciste? Era extraordinario, de un día para otro, nunca repetía un plato; la creatividad y su ingenio en saber cómo combinar distintos alimentos, de qué forma prepararlos, condimentarlos…ahh..y la presentación, ni se los cuento…un lujo de restaurante….y para chuparse no diez, sino veinte veces los dedos.-
Bueno de ella creo “heredé” esa, podría decirse creatividad-gastronómica de crear un plato con pocos, por supuesto la leche, manteca, crema…infaltable. Una frase que repetía ella y me quedó grabada, la cual me llevó a escribir estas líneas y ampliarlas……la abuela en una frase cuasi -filosófica decía:
“Es fácil cocinar con mucho y con instrucciones de un recetario”.-
Es así; tener todos los ingredientes, los condimentos, la forma de preparación, el tiempo de cocción, y demás agregados y terminaciones hace por supuesto mucho más fácil el preparar un plato. El tema es cuando falta la comida, no se tiene todos los condimentos o los utensilios…ni que hablar de las instrucciones; allí debe surgir el verdadero cocinero-creativo; que desde lo escaso, la falta; logre no solo servir “algo”, sino dotarlo de un sabor, aroma, vista que sea atrayente para el paladar, la nariz y los ojos de los comensales.-
Lo mismo que en la cocina de la casa, en la Cocina de la Vida, en donde debemos a diario solo con los ingredientes disponibles (a nuestro alcance - limitados) preparar ese alimento-vital que nos permite sobrevivir y Ser lo que podemos elegir dentro de la gama de platos que el mundo nos ofrece; y siguiendo parte de la frase de la abuela, teniendo todo es fácil preparar/nos, no solo satisfaciendo las necesidades primarias para la vida, sino sobrepasando hasta el deseo para luego saltar, con el empujón de la publicidad-consumista hacia el ANHELO de quererlo todo, lo que lleva también a afirmar que la frase tiene en su núcleo duro, un elemento contenido-ideológico Decrecentista.
Pasando a la segunda parte de la frase; el problema es cuando aquellos que viven aferrados al recetario de habladurías, los medios, las costumbres-medievales y “lo que se dice”, por alguna circunstancia pierde las sagradas escrituras…perdón… el manual de vida, y se encuentran que deben hacer/se ellos mismos, sin ninguna guía, en el banquete de sus posibles, de sus elecciones; el sustento, la masa madre como cultivo base para hacerse el pan que les da vida.-
Desde la Boulangerie francesa, Sartre repetía, que somos lo que elegimos Ser, dentro de nuestras posibilidades; solo nosotros somos responsables de nuestra elección y no podemos pasarle continuamente la responsabilidad a la exterioridad, a los otros, a una autoridad, al gobierno de turno, a la economía, a las instituciones, a los medios, a como me criaron, donde me eduqué, etc, etc. No, hay momentos y hay circunstancias (no todos tenemos esta posibilidad-pienso en los más necesitados) en que debemos “hacernos cargo” de nuestra libertad, nuestra responsabilidad…y Ser nosotros quienes elijamos: qué palabras decir, qué creer, qué hacer, qué es lo que verdaderamente necesito, buscarlo en el mí y no en el “bombardeo” de recetarios ideológicos que me ofrecen los otros sin mediar auto-reflexión, auto-crítica, juicio alguno; porque al elegir nos elegimos/hacemos a nosotros mismos y con quienes queremos estar, en definitiva bajo que ámbito moral me desenvolveré.
Debo tener presente y reconocer, el valor ontológico de estos para mi, y que de ese Otro, no puedo “escapar”. Desde tiempos lejanos, los antiguos recetarios divagaron y se estamparon por doquier; la palabra, el discurso, la lengua fue heredada y de ese Otro, de generación en generación, de cultura a cultura, la recibimos y hoy está en cada uno de nosotros. Freud como máxima del psicoanálisis proponía: “Allí donde estaba el Ello debo devenir Yo” (Wo Es war, soll ich werden) o sea tomar por asalto y “domar” y hacer el esfuerzo del accionar diario, constante, no en un solo “acto”. Esas pulsiones puras, inconscientes que tanto me controlan, creando mundos-sistemas imaginarios, que hacen del Ello una fuerza que controla y domina a ese Yo, que está atendiendo las apetencias, el hambre, de un imaginario-colectivo y no las del VERDADERO Yo.-
Lacan, siguiendo la frase de Freud y sobre este tema, determina que: “ el Inconsciente es el DISCURSO del otro”; por eso debemos comenzar a redactar y escribir nuestro propio recetario con la faltas, lo poco, y la frugalidad que la espontaneidad de la cocina de la vida propia en conjunción con lo que los otros nos proponen, nos ofrecen, manteniendo un equilibrio para no rendirnos incondicionalmente al discurso foráneo, económico; y hacer el esfuerzo de buscar y accionar activamente en pos de una autonomía de nuestro Yo, para arrojarnos al mundo, al “gran banquete” como alguien particular y no una cosa-inauténtica, que puede ser remplazada e intercambiable por cualquier COSA.-
Volviendo a la cocina y comenzando a preparar la próxima comida, me detendré, sacaré los pocos ingredientes de que dispongo, las especias, los utensilios, mis palabras, mi discurso, en definitiva mi propio recetario en MI cocina….lo leeré detenidamente y podré así distinguir….lo que es efectivamente mi VERDAD, y lo que es mi DESEO (migajas de pulsiones del Ello)…….solo de esta forma podré decir, escribir y degustar, un plato, una receta auténtica.-
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